Martes Frío.
Ella, haciéndose la misteriosa criatura de invierno, salió de la casa enfundada en negro. Pantalones negros metidos dentro de las botas negras de cuero, suéter negro escote en V (de Vendetta); chaqueta de cuero larga y negra, audifonos negros, mirada oscura. Solo su bufanda podía marcar la diferencia, de un color rojo sangre.
Adrentrose en el mundo de los comunes, dando cada uno de sus pasos con la presición con la que un pianista palpa a penas las blancas y negras de su piano. La verdad es que mas que caminar, parecía un vuelo a ras, como si de un cuervo se tratara.
Paseó delante de ellos, mirando en cámara lenta las caras de cada uno de los amarillos, rojos y verdes que estaban ahí, "haciendo la hora". Ella pasó donde iba, pidió con cortés frialdad lo que tenia que retirar, y del mismo modo se despidió de las dos bellas damiselas que estaban a cargo. Sonrisas para despedir.
De regreso todo igual. Bajar el mismo ascensor, con la música separándola del exterior, y evitando el mayor contacto posible. Salió, caminó (o voló) y llegó al lugar donde podía tomar algo de regreso.
La oscuridad tan amada de este ser, se vio teñida de un verde manzana. El más chillón de todos, el mas desubicado de todos, el que claramente, llego para jorobarnos.
LA BOTA, magnifica, negra, de cuero. ¡¡¡ELLA!!!, no, ni siquiera ella, ERA EL CIERRE DE LA BOTA!!, se había abierto cual chauchera de $200, o mochila de colegial sobre cargado, y dejaba al descubierto un hermoso y por sobre todo LLAMATIVO soquete color verde manzana.
TRÁGAME TIERRA.
(Menos mal que ya venia la micro)
Ella, haciéndose la misteriosa criatura de invierno, salió de la casa enfundada en negro. Pantalones negros metidos dentro de las botas negras de cuero, suéter negro escote en V (de Vendetta); chaqueta de cuero larga y negra, audifonos negros, mirada oscura. Solo su bufanda podía marcar la diferencia, de un color rojo sangre.
Adrentrose en el mundo de los comunes, dando cada uno de sus pasos con la presición con la que un pianista palpa a penas las blancas y negras de su piano. La verdad es que mas que caminar, parecía un vuelo a ras, como si de un cuervo se tratara.
Paseó delante de ellos, mirando en cámara lenta las caras de cada uno de los amarillos, rojos y verdes que estaban ahí, "haciendo la hora". Ella pasó donde iba, pidió con cortés frialdad lo que tenia que retirar, y del mismo modo se despidió de las dos bellas damiselas que estaban a cargo. Sonrisas para despedir.
De regreso todo igual. Bajar el mismo ascensor, con la música separándola del exterior, y evitando el mayor contacto posible. Salió, caminó (o voló) y llegó al lugar donde podía tomar algo de regreso.
La oscuridad tan amada de este ser, se vio teñida de un verde manzana. El más chillón de todos, el mas desubicado de todos, el que claramente, llego para jorobarnos.
LA BOTA, magnifica, negra, de cuero. ¡¡¡ELLA!!!, no, ni siquiera ella, ERA EL CIERRE DE LA BOTA!!, se había abierto cual chauchera de $200, o mochila de colegial sobre cargado, y dejaba al descubierto un hermoso y por sobre todo LLAMATIVO soquete color verde manzana.
TRÁGAME TIERRA.
(Menos mal que ya venia la micro)
2 comentarios:
FUERTE Y CLARO
WUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAJAJAJAJJAJAJAJAJ
lo bueno es q el verde manzana combina con todo JAJA
tendras q ponerle un clip a la bota dp de cerrarla jajajajaj
te amitoooo
¡Ay, Bárbara! xD wajajajajaja
Pa' la otra aplique calcetines de robot. :P
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