Ya, ahora si que si.
Cada día que despierto, recuerdo que siempre tengo sueño...y tampoco sé cuando fue la ultima vez que no sentí dolor de espalda, o que mi rodilla no me dejo salir con agilidad de trapecista de las redes de mis sabanas. Si, cada día al despertar vuelvo a reconocer que ya los 18 se fueron, junto con los 20, y que estoy en el borde preciso de los 35. Que rápido que pasamos por esta vida...tan rápido que no me di cuenta en que momento me encontré aquí: con la piel menos tersa, el cansancio prematuro, la agilidad convertida en "gilidad", y mientras tanto, en el universo paralelo de mi cabeza, aun me encuentro haciendo piruetas en mi BMX.
PERO (como siempre), esa es tan solo una cara de la moneda, mientras la edad nos hace mas cascarrabias, las experiencias nos hacen personas mas seguras.
Mas seguras o mas care palo, te afectan cada vez menos trancas sociales, según la persona, ya no es tan importante que no estés maquillada al salir, y que por culpa de eso, el hombre de tu vida imaginario, por cierto pase de largo y no te reconozca. En cambio, te das cuenta de que el hombre (o mujer) de tu vida, se va haciendo en el camino, y que justamente, ese te conoce en pijamas, despeinada y con la baba en la almohada. Ok, quizás eso ultimo no era necesario mencionarlo.
Segundo, comienzas a valorar tu potencial interior y exterior: ya bueno, hay un rollo aquí, otro por allá, pero lo asumo y me pongo algo que le acomode. Lo mismo es aplicable en sentido emocional, tienes rollos, pero no fuerzas la situación esperando que lo que te rodea lo esconda, no...lo que te rodea no incomoda.
Después, algo que esta ligado a lo anterior, pero que no sé si sera 100% bueno: valoras -anhelas- esa supuesta malformacion y grasitud de tu cuerpo, a veces siento la necesidad de ir a visitar a mi adolescente/veinteañera y decirme (no...GRITARME!), "creetela, Babu", o por ultimo hacer los papeles inversos, porque hoy con malformaciones avanzadas y grasitudes acompañadas de celulitis que jamas pensaste como accesorios colgantes de tu hermosa persona, me la creo un poco mas, solo por ser quien soy sin esa antigua necesidad de vestirme de orgullo. En cuanto a lo mental y habilidades, aun tengo que madurar, son pocas las cosas en las que no soy la mas capa.
Por eso es que la gente habla de una edad de "plenitud", y en realidad mas allá de ser un bienestar físico, es un bienestar en toda nuestra composición como persona, estaríamos según yo, definidos. Y saber en donde estamos parados es la mejor sensación del universo. Se que muchos de los de mi generación, aun crecidos entre el grunge, el metal o el new wave, estamos en la misma, con el corte de pelo que queríamos, la barba, la ropa, las converse o zapatos de taco, da lo mismo, porque aun con la celulititud, nos vemos super ricos en el espejo, porque refleja mas que el pellejo, refleja la actitud, las aceptaciones y nuevos retos, la mayoría diría yo, va caminando entero, y supongo que desde esta edad en adelante, las satisfacciones van aumentando mientras hayamos tenido la sensación de haber vivido al máximo, haber dado todo de nosotros mismos, y cosechar lo que sembramos, filo si el de mas allá tiene mas o mas bonito, usted tiene lo que es suyo, y eso lo convierte en alguien verdaderamente rico.
Pero (el segundo de esta reflexión), no por eso nos vamos a dejar ir como a la deriva como los salmones que ya llegaron a la meta, salmones cansados, salmones obesos, salmones con artrosis reumatoidea o salmones con ataque cardíaco, no poh, si yo hablaba de estar contento con lo que uno es, pero eso no significa poner un stop definitivo, hay un limite y es el cielo, entonces, siga aprendiendo, siga ejercitando, siga creyéndosela, porque ese es el legado mas solido que a esta edad usted va dejando en la tierra, que seguramente ya tiene o esta pensando tener hijos...y yo quisiera que los mios se la creyeran mas que yo, antes de los 35.
Nota del editor: mañana vamos al gimnasio junto a mi polola, y no es un cliché, puesto que es domingo y no lunes, y no nos salio gratis, así que a sudar cada centavo!!
Bonus: El año pasado fueron los 18 de mi cuñada, fuimos a la disco pa celebrar con todo su adultez. Ese día y al ritmo del Dubstep le di la bienvenida a mi proceso de madurez definitiva. Mis movimientos raperos circulares y llenos de sensualidad noventera no tenían NADA QUE VER con quienes me rodeaban. En pocas palabras: me sentí vieja.