Advertencia: La siguiente entrada viene cargada a la cebolla.
A fines de septiembre del año pasado, mi vida hogareña vivio un cambio "interezantizimo", ya que se vinieron a vivir a nuestro nido de amor (AKA Moutonland), mis suegros y la hermana menor de mi amor.
Para empezar, la logica nos lanzaba el desafio: lograr hacer entrar en una casa, el total de dos casas.
El pequeño indice de estilo y orden que llevabamos hasta ese entonces volvio a mutar, sillones encajados al milimetro, de colores dispares y texturas para todo gusto, adornos -muchos- conviviendo entre libros, botellas de leche, el limpia vidrios y el estuche de maquillaje. Si, la entropia se encontro a gusto en nuestro torbellino de buena onda, y nosotros le dimos la bienvenida por el tiempo que fuese necesario, el ritmo de sociabilidad acostumbrado a este humilde hogar, nunca bajo la frecuencia, pasamos mi cumple aqui, el año nuevo y una que otra festividad como excusa para celebrar, eso nunca falta cuando hay tanto amor.
Eso como reseña general, aparte de notar que nuestra casa tiene dos habitaciones, y por eso decidimos junto a mi Ovejita, dejarles una habitacion a mis suegros, y en la otra compartir espacio con mi cuñada.
Mi suegro trabaja de taxi, con carreras programadas y clientes fijos en su mayoria, por eso cuenta con un horario relativamente fijo y relajado.
Mi suegra lleva 1 año y un par de meses de licenciada de su trabajo, larga historia resumida en que debido a sus años al pie del cañon, se le provoco una tendinitis del terror que le impidio continuar trabajando. Eso permite que tenga a disposicion el tiempo que le queda despues de los doctores y tramites varios.
Mi cuñadis estudia peluqueria y hace una pre-practica al mismo tiempo, sus horarios consumen mucho tiempo, quedando un dia libre en su semana y un par de horas en la tarde-noche, pesado el ritmo.
Comprendi que mi vida cambiaria el dia que abrí el cajon donde se guarda el pan y me encontre con el colador para los fideos, luego, el refrigerador estaba bien completo de bebidas y postres varios. A eso le siguio una suma de detalles, pequeños y encantadores, como el olor a pan tostado a las diez de la mañana, la música constante de la emisora "Festival", que captamos desde Chile mismo gracias al iPad de la suegris, los croissants y pan con chocolates calientitos que trae el suegro, sin falta, cada día después de su primera carrera, que siempre nos traía, también, la sutil invitación: "niñaaaaaaaas, van a tomar desayunooooo?!!". Nunca me he creido una
heartbreaker, así es que mi chupamediosidad, me impedía en absoluto un minimo "no, gracias". Como no agradecer que hasta humeante me estuviera esperando mi tazón de leche con café? Mi única actividad se resumía a decidir cuantas de azucar, y si sería croissant o pan au chocolat.
Volvimos un poco al útero, y en vista que no sería eterno, no tuve cargo de concencia alguno en dejarme llevar. Lógicamente que detrás de todo siempre hay un precio, pero como en mi corazón existe un caballero muy educado, no mencionaré por esta vez a cuanto se elevó el monto, menos cuando se pudo pagar hasta con sonrisa :-)
Ahora que estan en Chile, mi terapia fue reacomodar los muebles, botar cachivaches y guardar otros. Detrás de cada silla me encontré con una carcajada hasta las lágrimas junto a mi suegris Palomita, la luz blanca del día, entrando por la ventana del comedor rebotaba en mis pupílas con el gesto soñador de los planes infinitos de mi suegro, Jupiter, ambos y a su manera, me llevaron consigo allá, de donde vengo, al sur del mundo, y creo yo también me robé un pedacito de ellos (otro), pa' poder hacerle honor a la nobleza absoluta que recibí de parte de esta hermosa pareja, que de paso, los hubiera querido y respetado en cualquier otro modo de relación que hubieramos tenido. Como la realidad es que son mis suegros, los respeto aun más, y correspondo lo mejor que puedo al puro sentimiento que sin reparos me expresan.
Shakira dice: "Suerte que en el sur hayas nacido, y que burlemos la distancia", esa suerte trajo a Jupiter y su omnipotencia otra vez a este techo...y es como si el tiempo no hubiera pasado, sino fortalecido el lazo...ahora disfruto de las fotos de los lugares en donde el soñaba estar y lo hizo realidad, esto es todo un Escape Unplugged EN VIVO!! Jajaja...
Y como alguien se quedó por allá, que es donde en este momento tiene que esta, Victor me susurra la cita perfecta: "Palomita, verte quiero..."
Usted sabe!