A todos los que entenderán esto:
No sé si esta será
una de las cosas típicas que le pasa a alguien que está lejos de su
amado país, pero antes de empezar con el "tollo", quisiera desearles a
todos unas felices fiestas patrias y que ojalá hayan disfrutado (y sigan
disfrutando) el "espiritu dieciochero", que así como es contagioso en
la navidad y todos andan pensando cosas lindas y jingles bells varias, a
mi me atrapa por el momento una nostalgia de la chilena a lo lejos que
soy, pero afortunadamente es una nostalgia tibia, que no me descoloca ni
entristece, pero si me hace experimentar cosas de las que antes ni
idea, y esto es lo que quiero compartir.
Ayer no desperté muy
conciente de que era 18 de septiembre y que es uno de mis días más
importantes siempre. Estaba ida y desconectada, con mi amor quedamos en
hacer empanadas para compartir con la familia y amigos que quisieran
venir, así es que fuimos de compras, sin embargo aun no me lograba
enchufar, sabia lo que habia que comprar y en cuanta cantidad, sabía
cuanto tiempo me demoraría y cuanto comeríamos, etcétera,
paradójicamente mientras ibamos a hacer las compras, yo solo ponía reggaeton a fondo en
el auto. Cosas que pasan.
Después llegamos a casa y habia que
ponerse en onda, así es ahí nos encontramos pelando cebollas llanteadas, dientes de ajo, preparando la
carne y todo lo demás, hasta que mi "Ojitos Bellos" me dice que quería
escuchar cueca. Le dije que en el compu tengo a Violeta, Victor,
Quilapayún, Inti, Los Jaivas y sería todo. "No poh, cueca, de esas de
las fondas", así es que tomé mi teléfono y busqué alguna lista de cuecas
en Youtube. Y eso fue MAGIA. Al escuchar las cuecas y otras
canciones made in Chile, mi corazón se apretó, y me reconocí en el
compás de la música, reconocí que mi cuerpo lleva ese compás al hacer un
paso de cueca sin darme cuenta, bailando con el aire, con la sombra de
la melodía que estaba escuchando, y me dije "Waaaa, que increíble es
sentirse parte de un territorio y cultura", claro, como cuando se es
chilensis y nuestra cultura es un poco "incultura", como que nos da
plancha ser chilenos, se aprecia y reconoce -más- al estar lejos, a mi
siempre me han gustado y he valorado caleta mis raices, pero lo que me
pasó ayer fue inexplicable: supe de donde soy, pero no racionalmente, no
pensantemente, solo sensaciones. Supe también que así como yo soy de Chile, Chile es mío.
Luego junto a mi amor terminamos de hacer las empanadas, compartimos con
nuestro grupo interracial en el que se pueden encontrar chilenos,
franceses, alemanes, vietnamitas, laosenses, etc., luego bailamos y
enseñamos entre risas y orgullo el floclor nacional, en el ambiente
tricolor que teníamos adornado a conciencia. Un pedacito de Chile, para
colonizar Europa (jajajajaja, la vuelta de la moneda, cabros!).
Y
hoy, ya es 19, por allá en mi angosto amor muchos deben estar
reviviendo, otros aburridos frente a la TV viendo el desfile,
comentando, preparándose para mañana, quizás. Yo desde el otro lado de
la pantalla les mando un abrazo y el infaltable "¡Viva Chile, mierda!".
PS/ Y estos dos oscuros luceros perfecto distinguen en las multitudes a la mujer que amo.